No solo buen vino viene de Chile, también buena cerveza

Armín Kunstmann, un ingeniero químico chileno, pionero en la fabricación de cerveza artesanal Premium. Hoy su producto se comercializa en Paraguay.

No sólo buen vino se produce al otro lado de la cordillera. Acaba de llegar al país una de las mejores cervezas artesanales de toda nuestra región. Producto de una vieja tradición familiar alemana de la ciudad de Valdivia, desembarcó en Asunción la cerveza Kunstmann. Un ejemplo de cómo una pasión que se inició por hobby en una cocina casera se transformó en una gran industria que elabora una cerveza que pasó a ser artística.

La información es que Bebidas del Paraguay incorporó a su portafolio de bebidas la cerveza chilena Kunstmann, cuyo creador y propietario Armín Kunstmann estuvo en nuestra ciudad para hacer la presentación correspondiente. Incorporan al mercado nacional tres variedades de la marca: Torobayo, Pale Ale; Gran Torobayo, Ale y una Lager sin filtrar. Todas son cervezas del segmento Premium.

La historia es que cuando Armín, un ingeniero químico, tenía 40 años cayó en sus manos la biblia de la cerveza artesanal, durante un viaje a los Estados Unidos en 1.989. Ahí comenzó su expedición que tuvo como punto de partida la cocina de su casa y comenzó a experimentar con la cerveza utilizando como conejillos de Indias a los miembros de la familia. Pronto tuvo que ser exiliado en el garaje de la vivienda donde montó su fábrica casera y desde donde comenzó la venta, ofreciéndolo primero a los parientes y amigos, luego a los vecinos y así fue creciendo poco a poco.

Las tres variedades de cerveza Kunstmann que llegaron a Paraguay. La Lager sin filtrar, la Torobayo y la Gran Torobayo.

Hoy la cervecería Kunstmann produce 130 mil hectolitros de cerveza al año, es decir 13 millones de litros, más de un millón de litros al mes. Claro que Armín ya no lo produce en el garaje de la casa sino en una moderna planta situada a pocos kilómetros de la ciudad de Valdivia, ubicada a unos 850 kilómetros al sur de Santiago, la capital de Chile. Pero esto ya es otra historia, dejemos que Kunstmann nos cuente acerca de ello.

«Soy ingeniero civil químico y trabajaba en una empresa de levadura de panificación. Era un consumidor normal de cerveza, no era algo muy especial pero me di cuenta que existía en otros países alternativas  a la cerveza masiva que son todas iguales pero muy parecidas, yo ya estaba empezando a mirar cosas distintas y diferentes».

«Nuestra historia de vida, se inspira de alguna manera en la tradición, en la historia de la colonización alemana en el sur de Chile, que trae sus costumbres, su cultura, entre ellas la producción de cerveza. Los primeros colonos alemanes llegaron a Valdivia en 1850 y un año después Karl Anwandter creó la cervecería Anwandter aplicando la ley de pureza bávara que sostenía que la cerveza se elabora a partir de sus 4 ingredientes esenciales; agua, cebada malteada, lúpulo y levadura». Alcanzó una gran producción ganando la fama, elogios y premios. Pero en 1960, la cervecería quedó totalmente destruida a causa de un terremoto. Treinta años después la producción cervecera había vuelto a Valdivia.

En 1.997 en respuesta a la expansión que iba ganando el negocio, pasaron del garaje de la casa a una planta industrial que se instaló en Torobayo, en la zona de Valdivia. Si bien la producción inicial fue solamente de lager, Kunstmann hizo de la experimentación constante la razón de su vida y así cada variedad que crearon se trataba de una inspiración especial. Así producen -a más de las mencionadas arriba- una cerveza sin alcohol, una cerveza de trigo, una de miel y otra de arándano rescatando así dos productos típicos de la zona. También elaboraron una cerveza especial para conmemorar los 500 años de la ley de la pureza. En ese afán de experimentación constante están cosechando ahora su propio lúpulo y a manera de prueba están elaborando una cerveza con lúpulo fresco.

“Estamos haciendo unas partidas experimentales con ese lúpulo, el grueso del lúpulo viene de Alemania. Tenemos lúpulo recién desde el año pasado y la planta recién al tercer año produce un lúpulo definitivo y permanente. Las primeras cosechas que hicimos son suaves son menos amargas. Hicimos una partida pequeña experimental”, decía Armín.

Armín atribuye al agua una de las razones de la buena calidad de la cerveza. “El agua de Valdivia es blanda. Aquí en Asunción también tienen agua blanda, es un agua con pocas sales minerales, es muy suave y la forma más simple de verlo es cuando uno se lava la mano con jabón, el jabón se queda y cuesta sacarlo, un agua dura uno echa un poco de agua y se fue todo. Nosotros no hacemos ningún tratamiento químico al agua. Filtramos con arena por si lleva alguna cosita digamos y después lleva un tratamiento ultravioleta porque eso exige la ley para tener una desinfección».

Consolidada la industria cervecera comenzó una campaña de expansión comercial que se extendió primero por todo Chile y después abarcó los mercados internacionales, tanto en Sudamérica como en otros continentes. Sigue siendo un negocio familiar con el apoyo de la segunda generación, y es la cerveza especialista en variedades más consumida en Chile, con 13 variedades producidas en su planta en Valdivia bajo los más altos estándares de calidad y tecnología.

En el año 2014, Kunstmann se instaló en la ciudad de Bariloche, Argentina, donde implementaron una segunda planta cervecera, una réplica en escala reducida de la que existe en Valdivia. También allí se montó una cervecería como la que existe en la ciudad chilena donde los visitantes pueden maridar las cervezas con productos gastronómicos que pueden acompañar las distintas variedades de esa bebida.

“Un día sin cerveza, es un día menos feliz en la vida”, es la frase que utilizó uno de los maestros cerveceros en un video promocional de la marca. Y que Armín la hace suya: “Me estoy convenciendo de eso y cuando llego a mi casa a la tarde siempre me tomó una cervecita, hace bien a la salud, relaja, el lúpulo es muy relajante y el grado alcohólico es bajo, uno se hidrata no es un trago fuerte por lo cual es muy recomendable una botellita o una lata de cerveza todos los días”.

LAS VARIEDADES

Las tres variedades de cerveza Kunstmann que están presentes en nuestro mercado son la Torobayo, Gran Torobayo y Lager sin filtrar, cuyas características son las siguientes:

Cerveza Kunstmann Lager sin filtrar: es una cerveza súper Premium, tipo lager con presencia de levaduras. Sus ingredientes son:  Agua, malta rubia, lúpulo y levadura Lager. La cerveza Kunstmann Lager sin filtrar, es una cerveza afrutada con leve turbidez, dotada de buen cuerpo y textura glicérica. Lista para saborearla como recién sacada del estanque. Es excelente acompañando mariscos finos tipo camarones, calamares rebozados, machas en salsa verde, quesos tipo emmental y gruyere.

Cerveza Kunstmann Torobayo:  Cerveza filtrada, color ámbar pálido, de estilo Standar Pale Ale. Sus ingredientes son: agua, malta rubia, malta caramelo, lúpulo y levadura Ale. Es la variedad más vendida de Kunstmann. Presenta intensidad alta de aromas frutales a naranjas, duraznos, además de tostado y caramelo, su paladar es de cuerpo medio, su espuma llena la boca con mucha carga frutal y leve amargor, muy bien equilibrada y consecuente con sus aromas.

Es ideal para maridar con platos de complejidad media como crudos, preparaciones con pescados grasos crudos, carpaccios, tártaros, carnes blancas con salsa barbeche o salsas agridulces, carnes blancas con baja grasitud, sándwiches del tipo churrasco, fricandela o similares.

Cerveza Kunstmann Gran Torobayo: es muy aromática con notas de frutas rojas y frutos secos además de toques a caramelo, su paladar es intenso, complejo y bien equilibrado presenta un amargor medio-alto y debido a su balance entre malta y lúpulo pasa desapercibido, es una cerveza que llena la boca. Es ideal para acompañar costillas de cerdo con salsa agridulce, quesos gouda y parmesano y de postre helado de crema con chocolate picado y frutos secos.