A Doña Perla no le alcanzó con el po he

28 mayo, 2019
doña perla

José Torrijos juzgando el calzone presentado por Doña Perla. Esta vez, la mano que ella tiene para las comidas tradicionales, no le alcanzó para salvarse de la eliminación. Foto del archivo oficial de MasterChef Paraguay.

Era una de las eliminaciones que estaba cantada. Anoche doña Perla abandonó las cocinas de MasterChef Paraguay, tercera temporada. Y sin embargo, tenía mucha mano (po he) para los platos tradicionales. Pero era cero a la izquierda con la cocina de otros países. El Calzone, una sencilla comida típica italiana le jugó esta vez una mala pasada. En su descargo, podemos decir que ninguno de los que llegaron a la instancia de eliminación dio en la tecla con la masa.

Venía renqueando desde los pasados programas, tenía muchas dificultades con las consignas que se establecían. Pero su problema, era el desconocimiento del lenguaje o la terminología de la cocina moderna. Cuando escuchó lo que tenían que cocinar se le escuchó decir: “No tengo ni idea de lo que es”. Lo mismo le pasó en otro programa con el Pollo Cordon Bleu (pollo relleno con jamón y queso), pero siempre se las arreglaba.

Incluso en su despedida, la jurado Euge Aquino la alabó porque tenía una mano casera, tradicional, con sabor a domingo. Era indudablemente, la que mejor se sentía con las comidas sencillas de la cocina paraguaya. Se sintió un poco más tranquila cuando los miembros del jurado explicaron, en líneas generales, que el calzone es como una piza pero cerrada. Algo así como una gran empanada. Aun así, Perla se bloqueó, como siempre le ocurría cuando encontraba un alto grado de dificultad.

La consigna era preparar un calzone, con una ensalada y aderezos a elección. Doña Perla preparó uno con relleno de locotes, cebollas crudas, jamón y queso. Y una ensalada con chimichurri. La masa de su preparación tenía el grosor adecuado pero estaba un poco cruda. En el relleno, el locote y la cebolla tenían un sabor invasivo y la ensalada no tenía absolutamente nada especial. El aderezo que presentó no era un chimichurri como lo había anunciado, un error conceptual que prácticamente la condenó a la eliminación.

Junto a ella, allí al borde del precipicio llegó Noelia, cuyo calzone relleno de tres quesos y salsa de tomate iba acompañado de una ensalada con “pestonesa”, una salsa pesto con mayonesa. De entrada se equivocó en el tamaño, casi no alcanzaba para que prueben “cómodamente” los miembros del jurado. Y su aderezo mereció la reprobación de Colaso. “Es la primera vez que pruebo una pestonesa.   Y no me gusta para nada”, le reprochó. Pero sobrevivió y seguirá en el programa.

Aparte de ambas, llegaron hasta la eliminación Ricardo, Andrea, Fernando, Demián, Martita y Juliana. Todos se equivocaron en el grosor de la masa, salvo Perla. Algunos porque usaron excesiva levadura, otros porque no le dieron la cocción suficiente. Y respecto al relleno, ninguno de los concursantes supo darle la cantidad suficiente de queso. Con esas consideraciones, la que preparó el mejor plato fue Martita.

El programa está tratando de hacerse más atractivo incentivando la competencia y la rivalidad entre los concursantes. No tanto por la cocina en sí, sino por la mecánica del programa. En el primer desafío, Ricardo que fue uno de los premiados en el programa anterior, tenía que elegir quiénes de sus compañeros, iban a tener más o menos tiempo para cocinar. Algunos tenían que hacerlo en 60 minutos, otros en 50, 40 y 30 minutos. Para el menor tiempo eligió a Joaquín, Isaías y Walter, los primeros dos,  son los que considera rivales directos en el camino hacia el título de MasterChef, por lo que les puso esa dificultad con la esperanza de que fueran a eliminación.

Sin embargo, Joaquín que apenas tuvo 30 minutos para cocinar, fue el que presentó el mejor plato en el primer desafío. Eligió un Dampling de cerdo con una ensalada agridulce, salteado de berenjena, ciruelas y pasas de uva. Walter que hizo unas albóndigas con salsa y puré de papas fue el tercero, sobre todo gracias a que su plato le hizo recordar a Colaso lo que le preparaba su abuela. Isaías, otro de los que trabajó con menos tiempo llegó cuarto con su costillitas de cerdo con barbacoa de ciruelas. Así que, Ricardo no consiguió su objetivo y por el contrario tuvo el que ir a eliminación porque eligió a Andrea como su favorita para pasar la prueba y sin embargo, decepcionó.

MasterChef está tratando de hacer más emocionante el programa. No basta con la competencia de cocina. Busca incrementar las rivalidades y desavenencias, entre los participantes. De momento, entre Ricardo y Joaquín, ya se armó un dúo de rivalidades que va a traer cola en los próximos programas. El primero, es muy terrible y no le importa quedar bien con sus compañeros. Joaquín, es tranquilo, pero quedó con la sangre en el ojo, por el regalito de darle solo 30 minutos para cocinar.

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