Un avión bar a orillas del Paraná

28 julio, 2015
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El ex avión de Sol del Paraguay instalado en el frente del hotel. Al fondo de divisa el brazo del río Paraná y al fondo el canal principal. Un atractivo que piensan habilitar como museo-bar-simulador de vuelo para el próximo verano.

Fue sorprendente ver el enorme avión reposando a orillas de la inmensidad del rio Paraná, allá donde sólo los pescadores acostumbran a frecuentar. Más sorprendente todavía fue saber que fue llevado allí para que se constituya en una especie de museo-bar-simulador de vuelo, en fin, en atractivo del hotel que le dio cobija y que lo rescató del destino de convertirse con los años en un trasto viejo.

Todavía no saben exactamente que van a hacer con él. Por de pronto, lo ubicaron allí en el frente del hotel dando la bienvenida a los huéspedes. Lo concreto es que para el próximo verano lo quieren habilitar como punto de interés turístico. Mientras tanto, los propietarios del lugar están buscando alianza con empresas y conforme a ese resultado definirán los usos que le darán al avión.

Se trata de un Fokker 100 que hizo sus últimos vuelos para la empresa paraguaya Sol del Paraguay, que en estos días anunció que volverá a retomar sus actividades de transporte aéreo de pasajeros de rutas aéreas que conectan con nuestro país. Cuando la empresa dejó de operar en aviación los aviones fueron a remate. Las turbinas fueron adquiridas por empresas extranjeras y el resto de uno de los aviones fue lo que se llevó a orillas del Paraná.

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El Fokker 100 fue llevado desde el aeropuerto de Luque hasta Coratei a bordo de cuatro grandes camiones todo desarmado. La foto muestra el instante en que estaban armando el fuselaje.

La aeronave está en el Hotel Granja Doña Ramonita, ubicado en Coratei, a 12 kilómetros de Ayolas, 320 kilómetros de Asunción, en el Departamento de Misiones. El lugar es un verdadero paraíso, sobre todo para los amantes de la pesca, ya que el lugar es algo así como La Meca de los aficionados a dicha actividad. Ubicado sobre uno de esos tantos brazos que despliega en la zona el Río Paraná, el lugar es de una notable belleza natural.

Está asentado sobre una propiedad de 12 hectáreas y el hotel está dotado de una importante infraestructura, con todas las comodidades modernas e incluso cuenta con una pista de aviación rural, con licencia para operar, de 1.000 metros de largo, lo que permite aterrizar a aeronaves de mediano porte. La característica del río permite que allí también puedan aterrizar hidroaviones.

Su propietario, César Martínez Pujol es un fanático de la pesca y un aficionado a la aviación. Y esa es la explicación del por qué llevaron semejante avión a un paraje tan lejano de nuestra geografía. El objetivo es convertirlo en un atractivo turístico y con ese objetivo barajan la posibilidad de habilitar un simulador de vuelo, un museo y un bar temático. Ahora están negociando para realizar posibles alianzas con empresas de nuestro medio.

El fuselaje del avión se encuentra en buen estado de conservación. La cabina de pilotaje está impecable, tiene todas sus piezas originales y estar en su interior causa la impresión de estar en un avión que vuela. En iguales condiciones se encuentra el sector de pasajeros. Tiene una envergadura de aproximadamente 30 metros de largo y tenía capacidad para transportar a más de 100 pasajeros. Las dimensiones permiten encarar un proyecto para reacondicionarlo como un local multiuso museo-bar-simulador de vuelo. El bar podría albergar fácilmente a unas 50 personas.

El Fokker 100 fue adquirido hace un mes y medio. Lo trasladaron desde Luque a bordo de cuatro camiones de gran porte y una grúa. El avión fue desarmado y vuelto a armar en el lugar donde lo asentaron. En declaraciones al diario La Nación, César Martínez Pujol informó que invirtió 5.000 dólares en la adquisición. “Está enterito”, nos comentaba Roberto García, gerente del hotel. Actualmente, están construyendo las bases para el asiento definitivo y después serán encaradas las tareas de adecuación.

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En la foto de arriba puede verse en todo su esplendor el complejo turístico instalado sobre el río Paraná en Coratei. Abajo el restaurante del local y a la derecha un primer plano del avión presidiendo la entrada. Fotos gentileza del Diario La Nación y fotos del facebook del Hotel Granja Ramonita.

El Hotel y granja Doña Ramonita se habilitó en diciembre de 2011. Tiene 31 habitaciones y puede albergar a unas 100 personas. Su construcción demandó una inversión de 1,5 millones de dólares. Sus habitaciones están equipadas para garantizar a sus huéspedes condiciones óptimas de descanso y relax. Cuenta con un comedor climatizado con un menú internacional. Da trabajo a unas 40 personas.

Sus principales clientes son de nacionalidad brasileña, quienes llegan al lugar, generalmente en grupos, atraídos por la pesca del dorado. Por eso, el hotel ofrece un paquete especial para los amantes de este deporte que incluye: habitación con pensión completa, embarcación con combustible, carnada y guía, por 650 mil guaraníes por día. Una habitación por día para dos personas asciende a la suma de G. 250 mil guaraníes.

La permanencia en el hotel incluye actividades como paseos a caballo, caminatas por la playa, alquiler de embarcaciones pesqueras, pesca desde la costa, piscina, parques. Aparte de eso, tienen disponible el hidroavión del hotel, para vuelos panorámicos en la zona y también lanchas para practicar wakeboard.

Coratei se sustenta principalmente gracias al turismo de pesca y el rural que deja a la comunidad alrededor de 1,5 millones de dólares, anualmente.

Facebook: Hotel & Granja Doña Ramonita

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